11.6.12

Son de aquí. México ¡Ra, ra, ra!

Dos años después de que Carlos Colorado formara su Tropical Santanera, el clarinetista y arreglista Carlos Pitalúa fundaría a los "veracruzanísimos" Pregoneros del  Recuerdo, influido por las sonoridades de origen cubano que dominaban en ese entonces el ambiente nocturno, las estaciones de radio y las pantallas de cine en mexicalpan de las tunas. 55 años después, su hijo Arturo Pitalúa continúa el legado de su padre difundiendo el son, el bolero, la guaracha y otros ritmos caribeños por donde se pueda, manteniendo la esencia musical que se imprimiera desde el inicio a esta tradición tropical.
Divulgar, hacer saber a todos que aquí también se hace buen son, ha sido el propósito permanente de estos pregoneros que fieles a su naturaleza cultivan con ahínco la raíz mestiza, africana y caribeña que es la música tropical, aun cuando los espacios para su interpretación cada vez sean menos y predominen los lugares que difunden la peor salsa y esos engendros musicales que hacen escuchar al populacho haciéndole pensar que oye música tropical.
Más de 700 melodías que integran su repertorio, influido por Agustín Lara, Lorenzo Barcelata, Rafael Hernández, Miguel Matamoros, Pedro Flores, Luis Hernández entre otras glorias de la música popular mexicana y caribeña; presentaciones en todo el país y en el extranjero; más de veinte discos con enorme calidad; y, sobre todo, un tesón por hacer la música que verdaderamente sienten, dan cuenta de un verdadero orgullo del arte popular mexicano, que no ha recibido los reflectores de la popular Sonora Santanera, pero que creo deja a nuestra cultura una aportación al menos igual de trascendente que ese famoso conjunto. Así que ya lo saben en Sonido Nacional: son de mexiquititttito inc. y son muy chidos.



Por más que quisiera que no suene así, esto es lo que se oye en muchos lugares del país: México acarreado, México manipulado, México corrompido, México degradado, México enlodado. Lo que da miedo en verdad, son esas mismas masas que golpean y agreden físicamente a los que sí actúan por cuenta propia y no por un boleto para un partido de fútbol tan pinche, un bulto de cemento, unas láminas, una despensa o una chamba. 
Para muestra un botón: un exalumno, profesionista emprendedor, egresado de la UAEM, al que en verdad aprecio, buscaba hoy afanosamente el diario deportivo Récord del día sábado porque aparecía en una fotografía de la publicación en el partido de la selección del día anterior, comentando orgullosamente que Peña les había pagado boletos de 700 pesos, creo que en él ni siquiera cabe la más mínima reflexión de lo que eso significa para sí mismo y para su entorno político y social. 
¡Qué pena! Espero que él no sea parte de esas masas dispuestas a golpear a quienes no piensan como ellos a cambio de un boleto para un partido de fútbol tan mediocre como su realidad personal y la de millones igual que él.

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